El Gobierno nacional anticipó que habrá cortes de luz programados durante el verano
El Gobierno nacional anticipó que habrá cortes de luz programados durante el verano ante la alta demanda de electricidad y la falta de generación que vaticinan para los primeros meses del 2025. “Va a haber una programación, está analizándose”, admitió el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
“Si viene un verano de mucha temperatura, puede haber una demanda muy alta de electricidad. Lamentablemente no han habido inversiones, va a faltar generación y vamos a tener que programar algún corte, sobre todo hacer algunos acuerdos con los sectores industriales”, especificó en declaraciones radiales.
En la misma línea, aclaró: “Es una situación que viene de años y que hay que encarar seriamente. Hay que encarar inversiones y eventualidades, no podemos estar sujeto a improvisar. La secretaría de Energía está trabajando en el tema”.
El titular de ministros defendió además los aumentos de tarifas como medida para “sincerar” los valores y evitar que el Estado se haga cargo de un porcentaje de los costos a modo de subsidios.
“Una cosa no tiene que ver con la otra. Si no hay una generación razonable, no se puede pedir inversión”, remarcó, y agregó: “Hay que aumentar la tarifa porque sino debe subsidiar el Estado y hay que terminar con los subsidios para no tener que generar deuda, emisión, y no tener que generar inflación que es el objetivo fundamental”.
Los dichos de Francos van en sintonía con el anticipo del secretario coordinador de Energía y Minería, Daniel González, quien planteó que “va a ser un verano complicado”.
“Tenemos restricciones del sector eléctrico en especial en transmisión. Va a ser un verano complicado”, sostuvo al tiempo que identificó que el problema energético estará en la generación que, según aclaró, “va a ser difícil dependiendo de las temperaturas y de la situación hídrica”.
Por su parte, el secretario anunció la puesta en pie de un comité que “está trabajando en medidas de mitigación”, al tiempo que aclaró que esas soluciones deben ser “del mercado, las soluciones de fondo van a tomar tiempo”.
Un verano caliente
La previsión oficial es que en el verano, en especial entre febrero y marzo, el consumo de electricidad llegará a 30.700 MW, unos mil por sobre el récord de febrero pasado.
En un informe, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico, CAMMESA, calculó que el total de energía producida localmente y las importaciones desde países vecinos no bastará para cubrir ese pico de demanda y estimó en 19% la probabilidad de que la generación no alcance y haya apagones.
El récord histórico de febrero pasado fue de 29.653 MW. La mayor preocupación oficial son los grandes centros urbanos, que explican más del 50% del consumo eléctrico del país: Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), Córdoba, Santa Fe y Mendoza.
Las advertencias y los riesgos no son nuevos. El secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, dijo varias veces que el retraso tarifario de los últimos años implicó un consumo desmedido de los hogares y un “riesgo de colapso” del sistema. La quita de subsidios y los aumentos, tanto de luz como de gas, habrían reducido ese riesgo, pero de ningún modo lo eliminaron.
Por eso la Secretaría de Energía trabaja en un “Programa de Emergencia Verano 2024-2025” a plasmarse en una resolución a cuyo borrador accedió Infobae.
El objetivo, dice, es “evitar, reducir o mitigar la crítica condición de abastecimiento de energía para el período estival 2024/2025, que comprende las acciones propias que implementará esta Secretaría de Energía en los segmentos de generación, transporte y distribución”.
El documento recuerda que “a partir de 2003 en general y desde 2013 en particular, no se han dado señales económicas suficientes para incentivar las inversiones necesarias acordes al crecimiento de la demanda de dicho servicio” lo cual “impactó en los planes de mantenimientos periódicos y permanentes, en las tareas de reparación del parque generador y en los recursos económicos destinados a tal efecto, todo lo cual no resulta remunerado adecuadamente por la regulación aplicable al día de la fecha”.
“Desestabilizante”
En sus considerandos, el borrador menciona “la previsión de temperaturas medias de hasta 30 grados en Buenos Aires durante el verano 2025” y procura evitar colapsos de tensión, que considera “eventos muy críticos que pueden producirse durante los días de las olas de calor prolongadas y generan picos de demanda sin precedentes”.
Esa situación, dice, “puede resultar desestabilizante para el área llevándola al black out (apagón masivo). Esto requiere que el sistema eléctrico esté preparado para manejar una alta demanda continua sin comprometer la estabilidad de la red”.
Y por eso, y “para prevenir grandes cortes de demanda por colapsos de tensión (…) es necesario la instalación de automatismos que predispongan cortes preventivos en tiempo real acotados de demanda para evitar el colapso de la oferta y consecuentemente la pérdida del área”, dice el documento.
Ya en su parte resolutiva, el segundo artículo establece en materia de generación acciones para gestionar y obtener la importación de energía y potencia de Brasil “en horas de elevada exigencia de días críticos que oportunamente definirá la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrica (CAMMESA) y crucialmente en horas picos, en condiciones firmes”.
Otro objetivo es llegar a un acuerdo con Paraguay “a fin de ejercer el derecho preferente de adquisición de la energía” que el país vecino no consume de Yacyretá, y en tercer lugar a que CAMMESA realice intercambio (swaps) energéticos, temporales e Inter temporales “con el objeto de minimizar los riesgos de abastecimiento”.
Otra medida contemplada es “un esquema de remuneración adicional, complementaria y excepcional en base a potencia (fijos) y generación (variables) que promueva la disponibilidad de las centrales de generación térmicas en meses y horas críticas”, esto es, la posibilidad de que generadores ubicados en “nodos críticos” apliquen una suerte de sobrecargo tarifario en base a “Acuerdo de Disponibilidad de Potencia y Mejora de la Eficiencia para los meses de verano e invierno”.
“Uso estratégico”
El programa también contempla que CAMMESA implemente “un procedimiento de despacho de carácter excepcional que permita realizar un uso estratégico de las unidades de generación de energía eléctrica tendiente a reducir los riesgos de restricciones de abastecimiento en los períodos de mayor consumo”.
Esa posibilidad, dice Energía, “podrá incluir la posibilidad de reservar el despacho de las horas de operación remanentes de aquellas unidades que se encuentren próximas a finalizar su vida útil para permitir su aprovechamiento durante los momentos de máxima exigencia del Sistema Argentino de Interconexión”. De allí surge, en lenguaje técnico, la posibilidad de los “cortes programados” que mencionó Francos.
Antecedentes
La posibilidad de cortes programados y la disposición masiva de generadores móviles tiene aire de familia con la crisis energética del verano 1988-1989, sobre el final del gobierno de Raúl Alfonsín.
Esos cortes programados, también relacionados con la salida de operación de una central atómica y la baja de generación hidroeléctrica en las represas del sur, debido a una sequía, empeoraron notablemente una situación ya crítica que culminó en la hiperinflación de mediados de 1989.
El “Programa de Emergencia Verano 2024-2025” incluye también “un mecanismo que contemple un adecuado incentivo a la instalación de sistemas de control y/o compensación con el fin de evitar colapsos de tensión” y en el caso de las distribuidoras “que cuenten con medidores inteligentes instalados en sus redes y/u otro mecanismo que permita su adecuado control y fiscalización, se incluirán mecanismos que estimulen el ofrecimiento a CAMMESA de reducciones programadas de cargas de sus usuarios no residenciales, la que será remunerada de acuerdo a su contribución de energía al sistema”.
Ese mecanismo de reducción de cargas apuntará a los Grandes Usuarios Mayores (GUMAS), Grandes Usuarios Menores (GUMES) y Grandes Usuarios del Distribuidor (GUDIs), a instrumentarse con participación de Comercializadores del Mercado Mayorista o Distribuidoras “que actúen como agregadores de ofertas de reducción de carga a precio”.
En otras palabras, el Gobierno está dispuesto a acordar con los grandes usuarios y consumidores de energía remunerarles su reducción de consumo para reducir la posibilidad y cantidad de cortes en el consumo residencial.