Perón, los veterinarios y la salud pública

Contó el Dr. Enrique Matera en una visita a nuestros pagos posadeños allá por el 83, que el General Perón mantenía charlas seguidas con profesionales según sus disciplinas académicas; abogados, médicos, ingenieros.

Una vez, el General, se reunió con veterinarios y contó que su abuelo médico fue diputado, senador, Presidente del Consejo Nacional de Higiene, equivalente al Ministerio de Salud de hoy, y hasta anduvo en la guerra del Paraguay. Se hizo muy famoso decía, no por aquellos cargos, sino porque fue el primero en la Argentina en usar la vacuna antirrábica humana y como profilaxis en los perros.

En aquellos tiempos había pocos colegas suyos, explicó, hoy en cambio cubren casi toda la geografía del País. A ustedes, los veterinarios, les alcanza la misma definición que hice sobre la salud humana, porque considero que la salud animal es la misma cosa y algunas veces, las enfermedades son comunes al género humano y animal.

Otras, solamente a los animales y cuando es del ganado, pasa ser un problema económico, y siendo así afecta indirectamente la salud en general, porque de esa caja proviene parte de los fondos para proveerla.

Y prosiguió repitiendo uno de sus escritos doctrinarios: La Salud Pública debe armarse como una armada de facultativos. Cuando una nación debe combatir un enemigo exterior, forma un ejército, ya que no sería suficiente entregar a cada ciudadano un arma para que él, por su cuenta, combatiese con el enemigo, porque por falta de organicidad sería de una debilidad extraordinaria.

De la misma manera para combatir el mal, que es también un enemigo extraño, el Estado Argentino debe organizar el ejército para combatir el mal en forma que la Republica esté frente a esa fuerza extraordinaria de las epidemias, con el arma apropiada para combatirla. La creación de la organización de la Salud Pública no es más ni menos que un comando central que ha de organizar las fuerzas en forma colectiva, para combatir los males colectivos.

“La Salud Pública, no debe tener límites en sus gastos. El límite le debe dar la necesidad de curar a los enfermos y prevenir las enfermedades que el país tiene”.
SERGIO BERGMAN, el ministro de Medioambiente y Desarrollo Sustentable al ser designado dijo:

«No tengo conocimiento técnico en el área de medio ambiente». Por ese motivo ignorante, no se le ocurrió preparar el ejército para combatir el fuego que arrasó casi un millón de hectáreas al sur del país. Proporcionalmente a una tercera parte de nuestra provincia Misiones, de 3 millones de hectáreas de superficie.

Creo, honestamente, que el ministro debe agarrar sus calchas, hacer las huras por su fracaso y renunciar

Colaboración: Rubén Emilio García

Deja una respuesta