El Papa cerró la Jornada de la Juventud con una misa multitudinaria

Ayer frente a dos millones de jóvenes de todo el mundo, participaron de la misa de cierre de la XXXI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). 

Con una misa multitudinaria, Francisco pidió a los jóvenes que el Evangelio sea el «navegador» de sus vidas y la oración el primer «chat» de cada día.

En la eucaristía de clausura en la ciudad polaca de Cracovia durante los últimos seis días, el pontífice más que pronunciar una homilía pareció un movilizador de masas.

En la misa Francisco expresó un contundente mensaje. “No os detengáis en la superficie de las cosas y desconfiad de las liturgias mundanas de la apariencia, del maquillaje del alma para aparentar mejores”, solicitó a los jóvenes. “Por el contrario, instalad bien la conexión más estable, la de un corazón que ve y transmite el bien sin cansarse”, les recomendó.

Aun así, Francisco reconoció que el reto no es fácil. “Puede que os juzguen como unos soñadores, porque creéis en una nueva humanidad, que no acepta el odio entre los pueblos, ni ve las fronteras de los países como una barrera y custodia las propias tradiciones sin egoísmo y resentimiento”, comentó.

Bergoglio recurrió una vez más a su astucia y en su discurso utilizó un vocabulario cercano a los jóvenes: “Ante Jesús no podemos quedarnos sentados esperando con los brazos cruzados; a él, que nos da la vida, no podemos responderle con un pensamiento o un simple ‘mensajito’”, afirmó, como si fuera posible comunicarse con Dios a través del teléfono móvil.

“Él espera que, entre tantos contactos y chats de cada día, el primer puesto lo ocupe el hilo de oro de la oración”, añadió, dando un toque de atención también a las nuevas generaciones sobre el uso desenfrenado de las nuevas tecnologías. Algo que también ha resultado evidente en la XXXI Jornada Mundial de la Juventud que, a diferencia de anteriores convocatorias, ha sido sin duda la edición de las redes sociales.

La eucaristía también tuvo un final peculiar: finalizó con coro moderno y el canto de la Aleluya. El Campus de la Misericordia, donde tuvo lugar la celebración y se ha habilitado expresamente para la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia, se reconvertirá en un centro de días para ancianos y en un establecimiento de Cáritas.

Además el Papa anunció que Panamá albergará la próxima Jornada Mundial de la Juventud.

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