Sicarios brasileños planeaban matar al juez misionero Verón

La detención de un prófugo en Posadas alertó al magistrado Fernando Verón y reveló un entramado vinculado a tres misteriosos pistoleros detenidos el año pasado. La meta: asesinarlo en la calle. La sombra del PCC y quién está acusado de ser el cerebro del golpe.

Este supuesto plan se desprende de la interceptación telefónica que hizo la Gendarmería Nacional de las comunicaciones entre Néstor Fabián “El Negro” Rojas, un delincuente ligado al narcotráfico, alojado en la Unidad Penitenciaria Federal de Ezeiza, y uno de los integrantes del cuarteto detenido en mayo en Posadas con armas y uniformes similares a los de la Policía Federal.

El interlocutor del Negro en esos contactos es un hombre apuntado como el nexo argentino con peligrosos asaltantes brasileños. En esos mensajes, Rojas admite: “Necesito resolver ese problema”. Alerta además que están “queriendo agarrar a todos” y luego menciona al magistrado: “Hablo del Juez Verón, que vive en …”.

“Hacele seguimiento cuando sale a trabajar, bien temprano. Lo mandamos hasta un semáforo y chau”, dice en otra de las comunicaciones.

De los 357 mensajes se desprende que el contacto del Negro habría aceptado traer los sicarios desde el Brasil, pero que por el cierre de fronteras por la pandemia del coronavirus, el plan habría quedado frenado.

El juez Verón se encuentra con custodia especial tras conocerse la historia, que incluso motivó la reunión de jefes de distintas fuerzas de seguridad. Es que no es un hecho menor.

Rojas cayó el 13 de agosto de 2018, ocho días después del homicidio a balazos de Aldo Cantero, asesinado en la localidad de Gobernador Roca. Un año más tarde llegaron los brasileños con las chombas falseadas de la PFA, las cuales llevaban tres apellidos de fantasía: “Ortigoza”, “Flores” y “Nebrisky”

El arribo de los brasileños al país, según los investigadores, tuvo como propósito liberar a Rojas, quien por ese entonces permanecía en la cárcel de Puerto Rico, en Misiones, tras ser trasladado desde Oberá luego de que aumentaran las sospechas de que el hombre ligado al narcotráfico intentaría escaparse.

El 13 de julio de 2019 fue alojado en la Unidad Penal VII y los medios locales graficaban el miedo de las autoridades judiciales: el temor de un intento de copamiento, con apoyo de células del Primer Comando Capital (PCC), temible organización delictiva de Brasil, con asentamiento en Paraguay.

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