Francisco en Asia

El Papa Francisco aterrizó en Yangón el lunes para visitar las pequeñas comunidades católicas de Myanmar y Bangladesh y acercarse a los más apartados y pobres del continente. 

En Myanmar, Francisco se reunirá por separado con la líder civil del país, Aung San Suu Kyi, con el poderoso jefe del ejército y con monjes budistas. Más tarde en la semana viajará a Bangladesh, donde recibirá a una delegación de musulmanes rohinya y se verá con autoridades políticas y religiosas del país en Daca. El programa de las visitas se completará con misas para los católicos y encuentros con la jerarquía católica local.

La iglesia católica de Myanmar pidió públicamente al argentino que evite la palabra «rohinya», que muchos birmanos rechazan porque el grupo étnico no es una minoría reconocida. En los últimos meses, los rohinya enfrentaron lo que Naciones Unidas describió como una «limpieza étnica de manual» por parte del ejército en el empobrecido estado de Rakhine.

Francisco, sin embargo, ya rezó antes por «nuestros hermanos y hermanas rohinya» y cualquier decisión de evitar la palabra podría verse como una capitulación ante el ejército birmano y una mancha en su legado de defensa de los oprimidos y marginados de la sociedad.

El viaje se planeó antes del último estallido de violencia en agosto, cuando insurgentes rohinya atacaron puestos de seguridad en Rakhine. Las fuerzas de seguridad del país respondieron con una campaña de tierra quemada que obligó a más de 620.000 miembros de la minoría a huir a Bangladesh, donde viven en precarios campos de refugiados.

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