Tres generaciones de familias luchan para no ser desalojadas

En un sector de la chacra 43 de Posadas, conocida popularmente como “barrio Patotí”, ubicada entre las avenidas Urquiza y Lavalle, viven unas 30 familias, conformadas actualmente por tres y cuatro generaciones que desde hace 40 y 50 años y luchan por su derecho a la tierra y a la vivienda. 

Una de las abuelas de la chacra, Aidee Núñez, con más de 50 años viviendo en el barrio, junto con su familia es presionada con el desalojo. “Algunas ya fueron desalojadas, no podemos entender que con 52 años viviendo acá nos quieran sacar a la calle. Yo tenía 19 años cuando vine a vivir a la chacra, ahora tengo 71″, contó.

«En ese entonces sólo había arroyo y monte, sin entrada de caminos. Vine con mis sobrinos chiquitos a los que ayudé a criar desde jovencita, con mis familia estamos sufriendo esta amenaza de expulsarnos, con más de 50 años de permanencia, como mi vecina Susana que fue desalojada”, agregó.

Julia, una de las hijas de Aidee manifestó su miedo. “Nací en el barrio y nos sentimos tristes, desamparados, porque toda nuestra vida está en este terreno. Vivo con mis hijos de 24 y 11 años que también nacieron acá, y ya no sabemos a quién recurrir, porque ninguna autoridad de Gobierno nos da una solución definitiva. Mi madre además está enferma de diabetes e hipertensión”, reclamó.

Los vecinos realizaron gestiones y tienen documentación de sus trámites en la Municipalidad, mejoraron el barrio para legalizarlo, sin embargo no pueden vivir tranquilos. Además de dejarlos sin viviendas, desalojar a estas familias significa separar abuelos, hijos, nietos, primos e hijos.

“En el año 99 presentamos por primera vez la adhesión a la Ley de Expropiación, nunca tuvimos respuesta, los papeles quedaron encajonados”, dijo Miriam Benítez, esposa de Alberto, otro de los vecinos. “Estamos desesperados porque desalojaron a mi mamá y a mi hermana, y no sabemos más qué hacer; pero todos tenemos nuestros derechos, así que vamos a resistir”, prometió.

Héctor Ponce, de 37 años, coincide con el reclamo con sus vecinos; comparte el terreno con su hermano, ambos con su familia y su padre Juan José, que vive hace más de 40 años en el lugar.

“En este problema el Estado mira para otro lado, porque la mayoría de las familias tenemos los papeles que acreditan nuestra permanencia de más de 40 y 50 años en el barrio Patotí», dijo.

«Algunos vecinos quisieron inscribirse en el Iprodha; pero no quisieron anotarlos porque le dijeron que este lote no figura; pero la mayoría de los vecinos si lograron inscribirse. Tenemos miedo porque estamos desamparados”, expresó el joven.

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