Misiones en los años de plomo: DÍA QUE LA JP LLORÓ

MISIONES EN LOS AÑOS DE PLOMO: DÍA QUE LA JP LLORÓ

El local de la Juventud Peronista de la Región lV se ubicaba en la Esquina de Beato Roque González y Coronel Álvarez. El atentado y agresión intempestiva ocurrió pasada las cinco de la tarde del año 1974, en víspera del acto programado en recordación de la muerte de Eva Perón. Fue asaltado por un turba que sustrajo documentos y útiles, pasando por la quema inútil de los muebles que originó un principio de incendio del edificio. Los asaltantes armados y a cara descubierta actuaron con total desparpajo. Los muchachos de la JP fueron refugiados por los vecinos  del local  en misericordia solidaria. Nunca se supo quiénes fueron, ni siquiera si actuaron como sicarios de algún siniestro comandante, tampoco camarilla alguna se atribuyó la acción. En definitiva, el suceso quedó registrado en el anecdotario como uno de los tantos episodios de violencia que ocurrió en el período de tiempo de la efímera democracia reconquistada.

El asalto y quema del local fue el principio que engendró el nuevo movimiento juvenil peronista en Misiones, conformando el Partido Auténtico, corolario del repudio que no ocultaban hacia el intervenido Partido Justicialista, manifiestamente carente de todo contenido ideológico e influido por la nefasta actuación de López Rega, personaje mefistofélico que supo corretear por Posadas repartiendo prebendas. También despreciaron abiertamente el penoso accionar de ciertos caciques de la burocracia sindical, Timoteo Vandor el icono, siempre dispuestos a ubicarse al lado del gobierno de turno, como que fueron los primeros en acercarse a los militares después del golpe de Estado del 76. El asesinato de José Ignacio Rucci, Secretario General del la CGT y mano derecha del General Perón, fue la luz roja que empezó a erosionar la simpatía que aún subsistía hacia el grupo Montonero.

Días después del cobarde asalto, asesinaban en Buenos Aires al conocido militante y Diputado Nacional Rodolfo Ortega Peña, perpetrado por la tenebrosa Triple A. Juan Figueredo, fundador de la JTP Misiones y amigo del occiso, no calló ambas agresiones y ofreció con rabia y dolor un comunicado a los medios, de cuyo contenido se hiciera eco El Territorio de Posadas. “Esta muerte y el asalto a nuestro local son parte de un plan de acción contra las organizaciones populares que hoy tienen una formidable oportunidad tras la  muerte de Perón,  el cual ha dejado el movimiento sin conducción y sin resistencia. Nuestra organización como muchas otras se afirman en la unidad y la solidaridad, armas con que cuentan para dar batalla en el combate por la  supervivencia del movimiento y por la continuidad del PROCESO DEMOCRÁTICO abierto el 25 de mayo de 1973. En la unidad encontramos la claridad para distinguir a los enemigos principales, aunque se disfracen con el barniz de falsa ortodoxia. A la solidaridad debemos practicarla cotidianamente comprometiendo nuestro esfuerzo en la defensa de nuestros derechos. Y finalmente la organización será el punto de partida y de llegada por la institucionalidad que implica nuestro movimiento, basado en la ELECCIÓN DIRECTA Y DEMOCRÁTICA de nuestros representantes, como dijera nuestro líder en su testamento político el 12 de junio: «El único heredero de Perón es el Pueblo”. Hagamos honor a esta distinción con que nos honra nuestro General en su última voluntad”.

Lúcida manifestación de ideas que induce, social y políticamente,  a aceptar como la declaración de principios de los muchachos del Partido Auténtico. Expresión cabal de una pléyada  de jóvenes que sustentaban la utopía de luchar en paz y democracia por una ARGENTINA MEJOR SIN ATISBO DE VIOLENCIA. Prístino pensamiento de una generación que fueron asesinados o están desaparecidos. ¿Merecían por el solo hecho de pensar de manera libre y democrática el macabro holocausto? No lo merecían. Y sus ausencias en la actual realidad política es notable, porque ante el aquelarre de hombres carentes de escrúpulos y convicciones ciudadanas QUE APUESTAN A LA VIOLENCIA, está faltando las virtudes que a ellos les sobraban: valores éticos y morales. Entonces se comprende que aquel día de la quema, los muchachos lloraron impotentes.

Recordando su mística, tratemos de comenzar a cicatrizar la grieta que divide a los argentinos en el año que se inicia, y luchemos contra toda violencia.

Rubén Emilio García

 

 

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