LA PARADOJA DE VIAJAR COMO HUMANOS

El transporte es una necesidad, por lo tanto debe ser seguro y confortable. Sin lugar a dudas cuando no se toman los recaudos técnicos necesarios el viajar se vuelve estresante y peligroso, pues si la empresa transportista omite los requerimientos de salvaguardia y confortabilidad exigidos, el transportado recibe un maltrato. De ahí que el Estado debe velar por la seguridad mediante controles estrictos.

Un mal transporte puede tener efectos muy graves y dañinos para el bienestar del transportado y repercutir en la salud, en su estado psicosomático y pérdidas en su rendimiento. Los efectos del transporte incluyen: estrés, hematomas, pisotones, asfixia, fallas cardíacas, disfunciones estomacales, extenuación, depresión, deshidratación, lesiones y golpes de calor.

Todo vehículo utilizado para el transporte debe tener ventilación adecuada y piso antideslizante. Las superficies de los costados deben ser lisas y sin protuberancias ni bordes afilados. Ningún vehículo debe ser completamente cerrado. Una mala ventilación puede permitir la acumulación de gases anhídridos con posibles intoxicaciones. Algunos sujetos son especialmente susceptibles al excesivo calor, a la mala circulación de aire, al exceso de humedad y al estrés respiratorio.

Por eso serán vehículos bien ventilados y con el suficiente espacio entre uno y otro sujeto para que cada uno pueda estar de pie cómodamente y sin hacinamiento, de lo contrario pueden presentarse distintos tipos de alteraciones.

Los vagones de ferrocarril tendrán acoplamiento con amortiguadores a fin de suavizar los movimientos bruscos. Se han de tener en cuenta diversas precauciones durante el viaje. El convoy deberá ser conducido suavemente, sin movimientos ni paradas bruscas, tratando que las curvas se tomen suave y lentamente, para ello deben contar con buenos frenos. Además contará con personal pendiente de los sucesos e inconvenientes.

Aunque no se crea, todas estas definiciones de protección aquí expresadas, son normativas del Comité Internacional del Transporte de la ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DE EPIZOOTIAS (OIE) adoptados por los países miembros entre ellos la Argentina. Quien a través del servicio de contralor especifico lo hace cumplir estrictamente aplicando fuertes multas, y hasta la clausura de establecimientos de quienes no cumplen con estas normas de protección animal.

Por eso los bovinos cuando viajan hacinados en transportes deficientes y sin control alguno, como en el Ferrocarril Sarmiento donde costara tantas vidas humanas, expresan entre mugidos: Estamos viajando como humanos.

Gentileza: Rubén Emilio García.

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