El abogado que representa a la ex mandataria en esta causa, Alejandro Rúa, argumentó ante la Cámara Federal porteña que el magistrado ya fue desplazado en otro expediente por presunto encubrimiento. En el caso citado es contra el ex ministro del Interior del menemismo Carlos Corach, por presunta afectación de la garantía de imparcialidad.
Para la defensa, ante tal argumento, Lijo no debería intervenir en una causa relacionada con el mismo delito aunque con otros imputados. Se trata del juez al que Nisman le presentó la denuncia contra la ex jefa de Estado y otros funcionarios y allegados a su gobierno el 14 de enero de 2015, cuatro días antes de que fuera encontrado muerto en su departamento de Puerto Madero con un disparo en la cabeza.
La causa recorrió un largo camino hasta que, finalmente y después de la reapertura, recayó nuevamente en Lijo, quien delegó la investigación en el fiscal Gerardo Pollicita. En el eventual caso del apartamiento de Lijo, la causa podría recaer en el juez federal Claudio Bonadio.
Este magistrado ya investiga otro expediente en el que el ex canciller Héctor Timerman está denunciado por el delito de «traición a la patria», también en relación con el supuesto encubrimiento de los iraníes. Bonadio ya pidió la conexidad de ambas causas, pero la defensa de la ex mandataria también objetó la convergencia de los dos expedientes.
«Resulta absurdo y violenta el sentido común, que los dos jueces que estuvieron a cargo de investigar el encubrimiento del atentado a la AMIA durante años, y que fueran separados de las causas por sus superiores con severísimos y contundentes pronunciamientos, hoy estén disputando jurisdicción para ver cuál de los dos se va a quedar con una nueva causa de encubrimiento de la AMIA», indicó la presentación del abogado Rúa. La Cámara deberá resolver en los próximos días qué juez seguirá con esta investigación.