Chile, sumida en una profunda crisis social

Chile sigue sumida en la crisis social con protestas callejeras en Santiago y otras ciudades del país, y una represión que dejó este fin de semana 11 muertos, cientos de heridos y detenidos, además de saqueos y la paralización de múltiples servicios.

Desde Ginebra, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, llamó al gobierno y a los manifestantes a buscar una vía de diálogo para calmar la situación, a la vez que pidió una «investigación independiente» para determinar responsabilidades en los hechos de violencia que dejaron muertos y heridos.

Este lunes la jornada en la mayoría de las grandes ciudades chilenas comenzó en calma y después del mediodía comenzaron a juntarse manifestantes en Santiago y otras urbes para protestar con la desigualdad social y exigir mejoras en los servicios de salud, la educación y el sistema previsional.

Al menos 960 personas fueron detenidas, 244 por el toque de queda, en las últimas 24 horas de protestas, en las que se registraron seis colectivos incendiados y ocho estaciones del subterráneo destruidas.

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