A cien años del nacimiento de Evita

El 7 de mayo de 1919 nació María Eva Duarte, uno de los cuadros políticos más influyentes de la historia argentina. Trabajó en teatro, cine y radio antes de casarse con Juan Domingo Perón. Murió cuando tenía 33 años por un cáncer uterino. 

Fue una de las figuras políticas más influyentes del siglo XX.  Nació en la estancia “La Unión”, veinte kilómetros al oeste de la localidad de Los Toldos (Partido de General Viamonte), Buenos Aires, fruto de una relación extramatrimonial entre su madre, Juana Ibarguren, y su padre, Juan Duarte.

Con sólo 15 años, decidió dejar su casa y emprender su carrera como actriz en la ciudad de Buenos Aires. Tras diferentes incursiones en el cine y en portadas de revistas, logró tener una oportunidad en el mundo de la interpretación en radioteatros.

El 22 de enero de 1944 cuando, en un acto realizado en el estadio Luna Park por la Secretaría de Trabajo y Previsión, durante una colecta solidaria a favor de las víctimas del terremoto de San Juan, conoció a Juan Domingo Perón, 24 años mayor que ella.

Se casaron el 22 de octubre de 1945. Como marido y mujer, la pareja empezó conjuntamente a trabajar en la carrera hacia la presidencia.

Impulsó y logró en 1947 la sanción de la ley de sufragio femenino. Tras lograr la igualdad política entre los hombres y las mujeres, buscó luego la igualdad jurídica de los cónyuges y la patria potestad compartida con el artículo 39 de la Constitución de 1949.

En 1949 fundó el Partido Peronista Femenino, que presidió hasta su muerte. Desarrolló una amplia acción social a través de la Fundación Eva Perón, dirigida a los grupos más carenciados. La fundación construyó hospitales, asilos, escuelas, impulsó el turismo social creando colonias de vacaciones, difundió el deporte entre los niños mediante campeonatos que abarcaron a toda la población, otorgó becas para estudiantes, ayudas para la vivienda y promocionó a la mujer en diversas facetas.

Adoptó una posición activa en las luchas por los derechos sociales y laborales, y se constituyó en vínculo directo entre Perón y los sindicatos. En 1951, para las primeras elecciones presidenciales con sufragio universal, el movimiento obrero propuso a Evita, como la llamaba la población, como candidata a vicepresidenta. Sin embargo, ella renunció a la candidatura el 31 de agosto, conocido como el Día del Renunciamiento, presionada por las luchas internas en el peronismo y la sociedad ante la eventualidad de que una mujer apoyada por el sindicalismo pudiera llegar a vicepresidenta.

Debido a un fulminante cáncer de útero, falleció el 26 de julio de 1952, a la edad de 33 años.

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